El Castillo de Monterrei es una fortaleza-palacio ubicada en la parroquia de Santa María, situado en una colina que domina el valle del río Támega, en la confluencia de las carreteras que unen Puebla de Sanabria y Ourense y a unos 28 km de Chaves (Portugal). Es una de las fortalezas mejor conservadas de Galicia.
La fortaleza está enclavada sobre los restos del Castro de Baronceli, asentamiento celta en el que vivió el pueblo Tamagano hasta la dominación romana. La población aparece mencionada en documentos del siglo X como parte de las propiedades del Conde Menéndez Gutiérrez, padre de San Rosendo. Sería reconstruida en el siglo XII por Alfonso Henríquez, nieto del rey Alfonso VI de León y Castilla, que en 1139 sería coronado como primer rey de Portugal. Con la firma del Tratado de Tuy en 1137, había renunciado a sus posesiones en Galicia.
Durante el reinado de Sancho IV se organizó un plan militar para defender la parte meridional de Galicia, por ser esta, estratégica para proteger las tierras zamoranas. Se ideo una línea defensiva, de la que Monterrei se encumbró como la fortaleza más importante en este momento, el castro de Baronceli cambió su denominación por la de Monterrei, por ser de dominio real. Pasando su potestad, posteriormente, a varios poderosos linajes como los Ulloa, los Zúñiga, los Viedma, los Fonseca, los Acevedo o los Duques de Alba.
En 1366 el castillo obtuvo importancia al reunir a consejeros en el fuerte, donde Pedro I el Cruel estuvo refugiado una parte de la guerra civil que le enfrentó a su hermanastro Enrique de Trastámara. Cuando la guerra civil concluye, el nuevo rey, ya Enrique II le concede el dominio de Monterrei.
Años más tarde, el rey Juan I de Castilla concedió los derechos sobre el castillo, mediante matrimonio, a don Diego López de Zúñiga. Su hijo llevó el título de vizconde de Monterrei, y después los Reyes Católicos, Fernando e Isabel, le concedieron el título de primer Conde de Monterrei a Sancho Sánchez de Ulloa y Monterroso, que habría heredado su patrimonio en 1461 después de pleitear durante casi veinte años con Francisco de Zúñiga. En 1506 se entrevistan en este lugar Felipe el Hermoso y el Cardenal Cisneros.
En la edad moderna fueron construidas bajo la dirección de los ingenieros de la Corona, Juan de Villarroel y Carlos de Grunemberg, dos recintos auxiliares amurallados que defendían los existentes conventos de los franciscanos y de los jesuitas. En 1510 tornó a manos de la realeza hasta que Fernando el Católico la expende al arzobispo Alonso de Fonseca.
En el siglo XVII por el conflicto con Portugal en la Guerra de Sucesión, se modernizan las defensas y se construye la Atalaya, una pequeña torre baluarte, de la que tan sólo se conservan algunos restos de sus muros. Distante unos mil metros, fue construido para proteger la parte débil de la fortaleza, asentada en el Monte de San Salvador, este reajuste se completa en 1711.
Durante la Guerra de la Independencia Española, en enero de 1809, el Marqués de la Romana convierte a Monterrei en el cuartel general del Ejército de Galicia, hasta que el mariscal Soult tomó la fortaleza. A finales del siglo XVIII se trasladó a Monterrei un regimiento militar y fue aquí cuando comenzó la decadencia del castillo.
Aquí se instaló la primera imprenta de toda Galicia, ya a finales del siglo XV, donde se imprimió el famoso Misal Auriense. Se trata del más antiguo libro impreso en Galicia y del que tan sólo se han conservado dos ejemplares, uno en pergamino, custodiado en el Archivo de la Catedral de Ourense y el otro en papel, en la Biblioteca Nacional de España. La vida cultural de esta pequeña corte nobiliaria, tuvo su importancia, incluso por la enseñanza de la gramática, las artes y la teología.
Debido a la desamortización, el conjunto cayó en el más absoluto abandono. El 3 de junio de 1931 fue declarado Monumento Nacional, pero esto no lo salvo de su proceso de degradación, pues no será hasta la década de los 60 del pasado siglo XX cuando se llevaron a cabo algunas obras de restauración, que en realidad tampoco tuvieron los efectos deseados. Actualmente es un Bien de Interés Cultural, dentro del catálogo de monumentos del patrimonio histórico de España.
En los años 90 se ejecutaron los primeros intentos de musealizar el espacio y desde entonces han sido varias las campañas que se han emprendido en este sentido. Siguiendo esa línea, en el año 2015, se inauguró un Parador de Turismo dentro del conjunto monumental.
En el primer recinto amurallado se conservan el Patio de Armas, la Torre del Homenaje, la Torre de las Damas, el Palacio de los Condes, la Iglesia de Santa María de Graza y la Casa Rectoral. Su acceso se realiza por medio de un arco de piedra de medio punto abierto en la muralla, en cuya parte superior se encuentra el escudo de los condes de Monterrei.
Todavía pueden verse restos de los dos torreones cilíndricos que flanqueaban el acceso, con sus aspilleras. En el patio se pueden ver, unos sepulcros antropomorfos como restos del Castro de Baronceli.
La Torre del Homenaje, también conocida como Torre Nueva o Torre de Don Sancho, porque fue levantada después de la Torre de las Damas, era la primaria. Se encuentra junto a la puerta de acceso al Patio de Armas. Es una imponente construcción de 12 metros de lado y más de 22 metros de altura, con muros de gran grosor, que apenas tienen ventanas. Buena parte de esta torre se reconstruyo con los restos de los antiguos castillos de Cabreira y Lobazán y la villa fortificada de Oímbra, conservando un cúmulo de marcas de cantería por su recuperación. Fue mandada construir en 1482 por don Sancho Sánchez de Ulloa, primer conde de Monterrei, tal y como puede leerse en la inscripción que se encuentra sobre la puerta de acceso, bajo el escudo de los Ulloa y los Zúñiga. Es una construcción de planta cuadrangular, realizada con sillares de piedra. Su carácter defensivo se demuestra en su puerta de acceso, situada en el primer piso de los cinco que posee, para dificultar su asalto, al que se accedía por medio de unas escaleras de madera voladizas, aunque en la actualidad éstas se han sustituido por otras fijas y de hierro. La terraza está rodeada de un muro con ocho torreones circulares, cuatro en los ángulos y otros cuatro en el centro de cada lado. El interior es el típico de las torres de homenaje, con parladoiros o casilleros, abovedados en sus ventanillas, así como una chimenea que calentaría el habitáculo.
La Torre de las Damas se encuentra en un costado del patio de armas. Al igual que la Torre del Homenaje, tiene una planta cuadrangular realizada con gruesos sillares de cantería, aunque sus dimensiones son más reducidas. Su construcción es un poco anterior, del siglo XIV y fue la primitiva torre defensiva del castillo. Destaca el “parladoiro” del tercer piso, que mira al exterior a través de dos ventanas góticas trilobuladas.
A finales del siglo XVI se construyó el Palacio de los Condes, quedando incluido dentro del conjunto. Se trata de un edificio de planta cuadrangular, con dos corredores en sus fachadas este y sur. La primera tiene dos pisos, con arcos carpaneles sostenidos por columnas poligonales, en cuyas enjutas pueden verse los escudos los linajes que ocuparon el edificio. El piso superior presenta una galería formada por columnas similares a las del piso bajo, pero que directamente sostienen una estructura adintelada. El otro pórtico, situado en la fachada sur, tiene tres pisos para adaptarse al desnivel del terreno. Está formada por un piso bajo de arcos ligeramente apuntados, un piso intermedio con arcos carpaneles, y una última altura adintelada. En un manchón, se abre un balcón volado que separa el cuerpo anterior de una nueva galería que comunica con el cuerpo de armas superior. La fachada oeste es la más alterada del palacio, construida en sillería granítica presenta elementos de filiación medieval y renacentista. Al lado derecho de la actual puerta presenta un blasón de los Zuñiga-Velasco. Se integra en la muralla defensiva, que continúa por el patio trasero cerrándolo por uno de sus costados.
Otro de los elementos sobresalientes que asoma al Patio de Armas es la Iglesia de Santa María de Graza, magnífico ejemplo de arquitectura tardo románica de transición al gótico. Fue levantada entre finales del siglo XIII y principios del XIV (1274), gracias a un privilegio que Alfonso X concedió al monasterio de Celanova. Se trata de un edificio sencillo, de una sola nave con cubierta de madera rematada en un ábside rectangular que se cubre con una bóveda de crucería cuyos nervios resultan un tanto toscos en su labra, pero que son de gran belleza. Del exterior, nos interesa la ventana situada en el centro del ábside. Todavía presenta hechuras románicas arcaizantes. Pero más llamativa es la colección de canecillos figurados. Estos se centran en temas tratados en el románico de un siglo antes: cabezas de bóvidos, carneros, leones, humanos. La fachada de los pies se rehízo por completo en el siglo XVII, momento en el que también se levantó la torre campanario. En la fachada septentrional hay una interesante portada románica con un arco apuntado, rodeado de tres arquivoltas magníficamente decoradas. Los dos interiores están sostenidos por capiteles con formas vegetales que se apoyan en sus correspondientes columnas. Y la exterior sobre las jambas, que presentan relieves con representaciones del bestiario románico. En el tímpano está representado un Cristo Varón de Dolores mostrando las manos, pies y costado y junto a él el Agnus Dei, un buey y un ave que devora a otro animal. Se encuadra la entrada con dos columnas adosadas a cada lado, las exteriores ornamentadas con representaciones humanas. Bajo el dintel, se observan seis cabezas que parecen atraer al invitado, a traspasar la puerta.
En el interior de la iglesia destaca el monumental arco triunfal con arquivoltas todavía de medio punto al modo románico. La Capilla de los Condes es un espacio del máximo interés por haber conservado una buena colección de relieves pétreos e imaginería en madera. En el costado oriental se encuentra un retablo de piedra de factura gótica, realizado a comienzos del siglo XIV, con una representación de Cristo coronado mostrando las cinco llagas, rodeado de las escenas de la Pasión. Conserva evidentes restos de policromía. En esta misma capilla hay otro retablo de piedra, en el muro sur, realizado en la misma época y con una representación ingenua del Crucificado. En este mismo muro, en lo alto, hay un magnífico Calvario gótico, con un buen Cristo esculpido de tres clavos. También hay que fijarse en las estatuas de ángeles que hay adosados a lo alto de los muros.
Junto a la portada hay dos arcosolios que sirvieron de lugar de enterramiento privilegiado, decorados con formas geométricas.
La Casa Rectoral, incluida en el Patio de Armas, era una vivienda tradicional que ocupaba el clero que profesaba dentro de la muralla.
Al segundo recinto amurallado se accede por medio de la conocida como Puerta del Sol. Se trata de una puerta abierta en la muralla, con un arco apuntado formado por gruesas dovelas, sobre el que se levanta el escudo de armas de los Condes de Monterrei.
Tras atravesar la puerta nos topamos con el Hospital de Peregrinos, la construcción más importante e imponente de este recinto. La fachada de los pies es la parte mejor conservada del edificio. Allí puede verse una magnifica portada realizada siguiendo la estética gótica. Se trata de una estructura un poco adelantada al muro, formada por un arco apuntado enmarcado por tres arquivoltas apoyadas en otras tantas columnas. En el saledizo que enmarca la fachada hay una inscripción en donde se dice: VASCO PEREZ ABAD ME FEZ ANO DE MCCCCXXIX. En el tímpano hay un relieve de un Cristo en Majestad bendiciendo con la diestra, rodeado del Tetramorfo. Cerrando el conjunto en la parte superior hay una pequeña cornisa, bajo la cual se encuentra la inscripción fundacional (1429), y a ambos lados del tímpano una representación de la Anunciación. En la década de los 90 se encontraba prácticamente arruinado, aunque la última restauración ha logrado recuperar el edificio en gran parte, devolviéndole su función como albergue de peregrinos. Se trata de una construcción de planta trapezoidal, más ancho en la fachada principal. Tiene dos alturas, y es posible que bajo el tejado hubiese una especie de desván. La planta de entrada acogería diversas salas de servicio, mientras que en el primer piso se encontrarían las habitaciones de los enfermos.
El flujo de peregrinos a Santiago obligó a los reyes, nobles, y órdenes monásticas a crear una infraestructura básica a lo largo de todo el Camino, que explica la creación de un hospital en Monterrei, situado justo en el cruce del camino portugués con el de Castilla. Al menos desde el año 1327 ya había un albergue en Monterrei, aunque el actual hospital se construyó casi un siglo después.
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