Barrio Judío, Castillo y Conjunto histórico de Ribadavia

Alrededor del siglo XI, durante el reinado del rey Don García, Ribadavia se convierte en capital del reino. Este hecho sumado a la construcción de importantes monasterios cercanos como los de Melón o San Clodio y la venta de vino de O Ribeiro, que ya se comercializaba por todo el norte peninsular, provocan el rápido crecimiento económico de la villa de Ribadavia, lo cual atrae a los primeros judíos a asentarse allí.

La primera vez que existe constancia escrita de la presencia de judíos en Ribadavia es en el documento Cronicas de Froissant acerca de la Guerra de los Cien Años, donde se menciona que cristianos y judíos combatieron juntos contra el ejército inglés del Duque de Lancaster.
A partir del siglo XV empieza a haber más menciones a la presencia judía en Ribadavia. Se habla de la existencia aproximada de 13 familias, es decir, un núcleo relativamente reducido.

En 1606, después de la expulsión de gran parte de la comunidad judía, aquellos que fingieron haberse convertido al cristianismo tuvieron que huir ante la persecución que la Inquisición estaba realizando. A pesar de ello, 28 judíos fueron finalmente juzgados en 1608 en Santiago.
La visita al barrio judío comienza en el Centro de Información Judía de Galicia (Plaza de los Condes de Ribdavia). A continuación, después de un breve paseo por las calles podemos acceder a la Casa de la Inquisición; un pazo fortificado con patio renacentista situado en la esquina de las calles Jerusalén y San Martiño.

Seguidamente, podremos caminar por la judería, propiamente dicha, desde la Plaza Mayor hasta la Muralla Medieval. Al llegar al límite del Barrio Judío nos encontraremos con la muralla del siglo XII, una de los cinco accesos originales a Ribadavia que existían en la época medieval.

Para finalizar, si nos acercamos a la Tahona de Herminia, podremos disfrutar de dulces elaborados al más puro estilo sefardí.