Fortaleza de Manzaneda

A Porta da Vila es la única entrada que permanece en pie de la Villa Medieval de Manzaneda, levantada por iniciativa real en el siglo XII. Más tarde pasaría a manos del poderoso linaje de los Osorio, Condes de Lemos, famosos por aumentar la carga fiscal a los campesinos hasta la asfixia. Por este motivo, la Villa Medieval fue unos de los objetivos de la revuelta de los “Irmandiños” a finales del siglo XV, ocasionando la destrucción de una parte del Castillo de Manzaneda, lo que probablemente fue un torreón medieval. Poco después de este suceso, la villa pasó a manos de la familia Sarmiento, el nuevo Conde de Ribadavia. Su presencia en Manzaneda queda atestiguada por la construcción del edificio de la cárcel de los Sarmiento y la transformación de la antigua torre medieval en una moderna fortaleza aislada a modo de barbacana. 

Esta puerta, A porta da Vila, formaba parte de una gran muralla de 400 metros de longitud, quedando hoy en día solamente 100 metros visibles. La mayoría fue engullida por el inevitable crecimiento de casas adosadas a esta muralla que tendría de grosor en la base 5 metros, y 2,5 metros en la parte alta, y una altura máxima que rondaba los 10 metros. Resulta curioso el adorno presente en la muralla, una especie de pincho que le confiere un aspecto de fortificación. Aparte de disfrutar buscando los restos del recinto amurallado, el principal encanto para el visitante reside en pasear por estas calles medievales tan encajonadas y llenas de vetustas viviendas preparadas para soportar el frío de la montaña.