Situado en el pueblo de O Bolo, es uno de los monumentos más emblemáticos e importantes de la zona. Su primera construcción data del siglo XII (D. Urraca) o del siglo XIII (D. Sancha). Con posterioridad el castillo perteneció a los Condes de Lemos. Con motivo de las revueltas Irmandiñas, el castillo sufre importantes daños y se reconstruye a finales del siglo XVI bajo el patrocinio del conde de Benavente D. Juan de Pimentel. A finales del siglo XVI la villa de O Bolo pasa de ser de señorío a ser de realengo (pasando a depender directamente de la corona). El castillo llega hasta nuestros días luego de una historia de destrucción, de abandono (usándose el castillo como cantera, escuela de primaria, cárcel o campo de fiestas).
En 1999 comienza su rehabilitación concluyendo las obras en el año 2001. El museo del castillo de O Bolo está abierto al público, es de carácter interactivo y permite acercarnos de forma amena y entretenida la fascinante historia de la fortaleza del siglo XV. Este centro de interpretación revela la evolución del castillo desde su origen hasta la actualidad. Para eso la exposición cuenta la recreación de distintos ambientes de época, reproducción de objetos, paneles, textos e ilustraciones que se pueden tocar y usar de manera que el visitante pueda sentirse actor de la historia. Gracias a su rehabilitación es posible acceder a su terraza o poder visualizar la vista que ofrece la torre que cuenta con veinte metros de altura aproximadamente.
Este museo como centro de interpretación cuenta con dos espacios: la propia torre de homenaje es un edificio anexo construido posteriormente (siglo XVI) y que está adosada a la torre.
Del castillo, a parte de su torre de homenaje, quedaron restos de la muralla, tanto de la exterior como de la interior, con bastiones o baluartes semicirculares en los muros y circulares en las esquinas, el patio de armas y el aljibe.
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