Ruta termal y del agua. Manantiales de aguas mineromedicinales

VALORACIONES

Haciendo alusión a su nombre, los manantiales se sitúan en la localidad de Verín. Concretamente, podemos visualizarlos en el mapa si echamos la vista hacia el sureste de la provincia de Ourense, en el que el río Támega convierte a esta zona en un importante atractivo turístico natural. 

El conjunto acuífero está compuesto de dos manantiales junto con un balneario, todos ellos localizados en la localidad orensana. El peregrino podrá entrar en primer contacto con la naturaleza, alcanzando una gran calma, pero, sobre todo, le dará la oportunidad de descansar. Una recarga de energía para afrontar todos los kilómetros que aún le quedan por delante hasta abrazar al Santo. 

Manantial de Cabreiroá

Cabreiroá es una marca muy conocida en toda España por sus aguas embotelladas, y el manantial del que brotan está apenas a unos minutos a pie del centro de Verín. El recorrido es también muy agradable, puesto que la fuente se sitúa en medio de un parque muy amplio, ocupado por grandes árboles de varias especies autóctonas. Y ahora, un poco de historia.

El manantial de Cabreiroá se hizo conocido fuera de Verín junto a muchas otras fuentes medicinales, en el momento de esplendor del termalismo: el tramo final del siglo XIX. En aquel momento, viajar para “tomar las aguas” era una actividad propia de gentes distinguidas, y muchas acudían a Verín para tratarse de males diversos. La confirmación para la popularidad de Cabreiroá llegaría en el comienzo del siglo XX, cuando el doctor Santiago Ramón y Cajal analizó el agua y certificó su valor medicinal.

El primer tercio del siglo XX fue de gran actividad. El edificio principal es de aquella época: se trata de una deliciosa construcción con aires art decó, de planta octogonal, en cuyo centro se encuentra la fuente principal, que brota debajo de una hermosa cápsula de vidrio en la que burbujea el agua antes de salir al exterior. Este quiosco era el elemento central de un complejo en el que también se erigieron un hotel balneario y una factoría para embotellar el agua, aún en uso. Con la Guerra Civil el balneario sufrió: fue transformado en hospital y en cuartel, y no recuperó la pujanza hasta los años sesenta. En la actualidad es la actividad de envasado de aguas la que más peso tiene. Cabreiroá ha pasado ya del siglo de historia con muy buena salud.

Manantial de Sousas

En 1859 fueron declaradas de utilidad pública, conjuntamente con las de Caldeliñas; y en 1867, a instancia de Hermenegildo Guitián, gobernador de Ourense, se construyó el paseo que unía la villa del Támega con la fuente. En 1892 se arregló la fuente, dotándola de una arqueta cerrada con un cristal, que garantizaba la asepsia y preservaba la composición da agua; y se construyeron el pabellón de aguas -de 10 metros de diámetro-, un paseo-galería -de 70 metros-, las primeras instalaciones de la embotelladora, los despachos y los jardines.

El balneario consigue su máximo esplendor en el primer tercio del siglo XX, aunque con el paso de los años esta relevancia evoluciona hacia el sector embotellador, convirtiéndose en la segunda empresa de envasado de aguas de Galicia. Con todo, el pabellón de aguas segue abierto al público, para la toma gratuita de las aguas.

Las aguas de Sousas están especialmente indicadas en la disolución de las piedras y cálculos renales formados por el ácido úrico o el ácido fosfórico. Gozan de un gran valor diurético y son recomendadas para casi todos los problemas de las vías urinarias y algunas del aparato digestivo como dispepsias y gastritis. Los tratamientos se desarrollan por vía oral, bebiendo una cantidad creciente cada día durante períodos que normalmente van entre los 9 y los 15 días. La propiedad, si bien centra toda su actividad económica en el embotellado y distribución de agua de mesa, mantiene abierto el pabellón de bebida de manera gratuita para los agüistas que se acercan allí a tomar las aguas, en la temporada que va desde el 15 de junio a 15 de septiembre.

Manatial de Caldeliñas

A pesar que no existen referencias históricas hasta principios del siglo XIX, su historia es complementaria a la Fonte de Sousas, ya que ofertaba el uso balneoterápico que no poseía Sousas, e incluso pertenecían al mismo propietario. En 1854 fueron analizadas por A. Casares y se declararon, al igual que las de Sousas, de utilidad pública en 1859.

El balneario fue construido a finales del siglo XIX, y aunque en la actualidad se encuentra en ruinas -tras ser cerrado al público en 1960-, todavía podemos contemplar la belleza de su construcción. Dicho balneario consta de dos edificaciones: una, al lado de la carretera, en la que están situadas los manantiales, tres piscinas para baño colectivo, los vestuarios y un depósito de almacenamiento del agua para el otro edificio; en ese segundo, estaban ubicados, en cada lateral, los baños, uno para cada sexo, y los complementos de hidroterapia (duchas y salas de inhalación).

Las aguas nacen en terreno arcilloso acompañadas de bastantes burbujas, en una fuente que va a desembocar la una pequeña piscina -en la que existían unos filamentos verdes familia de las hidrofitas-, en la que también brota agua con bastantes burbujas de gas.

Manantial de Fonte do Sapo

Este manantial nace de abajo a arriba, entre rocas, y está cubierto por losas de una piedra, como una fuente rústica. El caudal es constante, no muy abundante y la temperatura fría. Su composición es semejante las restantes de Verín: alcalina, de sabor agradable, bicarbonatado-sódica, litínica, fluorada y ligeramente sulfurada.  Se toman sólo en bebida, para o aparato gastro-hepático y para os trastornos urinarios.

Manantial de Fontenova

En el año 1904 fueron declaradas de utilidad pública y en el 1935 se construyeron las instalaciones balneoterápicas, que cerraron en 1960.

En la actualidad, posee dos elementos arquitectónicos: pabellón de aguas y balneario -de tipo mixto y caracterizado por una arquitectura sin pretensiones- y la envasadora -ubicada detrás de la instalación anterior-. Además, encontramos una pequeña zona verde adosada.

Situada a 400 metros del centro urbano de Verín, la planta de embotellado mantiene todavía el antiguo balneario, cerrado en 1962, cuyas instalaciones terapéuticas, aunque modestas eran muy empleadas por los agüistas. Poseía duchas dorsales, lumbares, abdominales, frías y calientes, escocesas, y baño de asiento, así como un dispensario médico en el que los agüistas podían ser atendidos por el médico e incluso llevar a cabo algunos análisis.

Sus aguas emergen a una temperatura que va desde los 10 a 14 grados en los manatiales de agua sin gas a 18-19 grados en los manantiales de agua con gas. Las características de las aguas son similares en todos los manantiales: bicarbonatadas sódicas, litínicas y fluoradas, de mineralización fuerte en las aguas con gas y de mineralización débil en las que son sin gas. La fuente original, la que es conocida como “Fuente do Espido” que se encuentra a la puerta del establecimiento, mana a 17 grados, con el picorcillo característico de un agua con gas natural y un sabor ferroso por las sales de hierro que posee en disolución. Su caudal es 42 litros por minuto.

LOCALIZACIÓN

DIRECCIÓN: Estrada de Cabreiroá, 32600 Verín,
ACCESIBILIDAD: Inaccesible
TIEMPO ESTIMADO DE VISITA 3 minutos

MULTIMEDIA

COMENTARIOS

* Los comentarios realizados sin iniciar sesión quedarán pendientes de aprobación antes de su publicación.

Vista general naturaleza
sponsors