El monasterio de Santa Cristina de Ribas de Sil está situado en un paraje espectacular en el soto de Merilán.
El monasterio benedictino tiene su origen en el siglo X. Primero fue un monasterio independiente y después de la reforma del siglo XVI, queda como priorato dependiente del monasterio de Santo Estevo de Ribas de Sil, al igual que el de San Vicente de Pombeiro en tierras de Pantón. En este momento es cuando se reforma el claustro y se hacen las pinturas de la iglesia. Fue uno de los monasterios más importantes de Ribeira Sacra durante la Edad Media, como lo demuestran los vestigios de las vías de comunicación que se conservan. Los monjes se dedicaron al cultivo del castaño y de la vid. La desamortización supuso el abandono definitivo del lugar.
Conserva su iglesia románica de finales del siglo XII y principios del XIII. Tiene planta de cruz latina. La cabecera está formada por tres ábsides semicirculares, siendo el central más elevado que los laterales. La fachada está divida en dos cuerpos. En el superior, destaca el hermoso rosetón calado. La portada es abocinada. Presenta tres arquivoltas sencillas decoradas con molduras de ajedrezado. Los capiteles están decorados fundamentalmente con motivos vegetales. El tímpano es liso. En el interior, la nave se cubre con una cubierta de madera a dos aguas que se apoya sobre unos arcos apuntados que descansan sobre ménsulas, que están decoradas con motivos geométricos y bolas. En el ábside central, conserva unas pinturas murales, renacentistas, del siglo XVI. En ellas podemos ver a la Virgen y San Juan, acompañados de Santo Domingo, San Antonio y Santo Tomás. En la parte superior, Santa Lucía y Santa Bárbara. En una de las capillas laterales se conserva el altar románico.
En el muro norte, se encuentra la torre-campanario que tiene cierto carácter defensivo. La base era una especie de locutorio. Remata con un almenado y cubierta en forma de pirámide.
Haciendo ángulo con la fachada de la iglesia se encuentra la portada de acceso al monasterio. Tiene una sola arquivolta decorada con grandes hojas y doble moldura geométrica en zig-zag. En el intradós del arco están representados los cuatro evangelistas: águila (San Juan), ángel (San Mateo), toro (San Lucas) y león (San Marcos).
De las dependencias donde vivían los monjes se conserva poco. Del claustro, tan sólo se conservan dos alas con arcos sobre un basamento corrido de gran sobriedad. Corresponde a las reformas del siglo XVI.
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