La historia del pueblo, la Coelia nova romana, y de toda su comarca está ligada a la familia de San Rosendo y al Convento de San Salvador, fundado en el s. X por el santo, el cual preside el pueblo, es su principal atractivo turístico y marca completamente toda su distribución urbana. Desde su fundación, la abadía fue recibiendo diversas donaciones y privilegios que hicieron de ella el convento gallego más importante en el s. XI, extendiendo sus dominios incluso a las comarcas de A Limia, Monterrei y O Ribeiro.
El pueblo cuenta con un compacto y uniforme casco antiguo en el que es recomendable el paseo sosegado por sus tranquilas calles (Calle de Arriba, de Abaixo, de la Botica), a las que se abren numerosas casas populares de hermosas balconadas y galerías, y por sus rincones de fuerte sabor popular como la porticada Plaza de O Millo o del Mediodía.
Llama la atención la escasa altura de las casas más viejas del casco antiguo, que lo hacen muy agradable; la razón de este hecho hay que buscarla en un privilegio del convento vigente hasta 1920 que impedía que las construcciones del pueblo alcanzaran más altura que las ventanas del convento. Además, Celanova también es conocida con mucho acierto como el Pueblo de los Poetas; no en vano es cuna de literatos tan ilustres como Curros Enríquez, Celso Emilio Ferreiro y Xosé Luis Méndez Ferrín.
Otro elemento singular a visitar en la villa es la llamada Casa de los Poetas, museo dedicado a los grandes literatos locales que está situado en la casa natal de Curros Enríquez.
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