Castro de O Castelo

Al Sureste de Santigoso se sitúa el alto del Castelo, un fabuloso mirador sobre el ayuntamiento. En una cuota inferior situada al Sur encontramos un enorme castro datable en la fase final de la Edad del Hierro (ss. II a. C. - I d.C) que se corresponde con la fase final de la cultura de los galaicos. Esta aldea fortificada está formada por tres recintos que presentan buenas defensas naturales, excepto en el sector norte, donde sus habitantes levantaron un campo de piedras hincadas que dificultaban el ataque. El Castelo Pequeno se emplaza en una acrópolis, una colina coronada por un afloramiento natural de granito o “castelo”, a 1254 m. de altitud, situado en medio de la Serra da Azoreira. Es el castro más alto y visible de todo el entorno. Desde el norte, donde se emplaza el denominado Castelo Grande (1.249 m), su dominio visual es amplísimo, controlando no solo las explanadas y valles de A Mezquita, si no también buena parte de la Terra das Frieiras, parte de las tierras portuguesas de Tras os Montes y las zamoranas de Lubián y Hermisende. 

El paraje donde se emplaza es una superficie de erosión de alta montaña, con muchos afloramientos de granito en toda la zona, descarnada y poco accesible, con suelos pobres de poca potencia y ningún río, tan sólo riachuelos subsidiarios del río de Cádavos. El castro está emplazado en un ámbito apto para la ganadería y el pastoreo, pero no parece un asentamiento dedicado solo a la economía agropecuaria se tenemos en cuenta su enorme tamaño y el amplio control visual que tiene sobre el territorio. Cada uno de los tres recintos está aplanado sobre fuertes terraplenes y amurallado con muralla pétrea de granito, que en la croa (el recinto superior), a pesar del expolio, los derrumbamientos consiguen una altura de unos 10 m. En el tercer recinto, cara el sureste, la muralla tiene 4,30 m. de anchura y luce un modelo constructivo en hiladas horizontales de aparato poligonal rellena de mampostería, semejante al de los grandes castros de la comarca limítrofe de Monterrei. 

El Castillo Pequeño de Santigoso, con unas dimensiones entre 9,5 y 10 Ha es, junto con San Cibrán de Lás, uno de los castros más grandes de Galicia después de Santa Tegra (20 Ha). Durante la Edad de Hierro el promedio de los habitantes de los castros del noroeste peninsular era de unas 200 personas y poco más de 1 Ha. Situados estratégicamente, cada poblado se levantaba de forma aislada para no intervenir en el desarrollo de otras aldeas fortificadas y evitar así el conflicto por el dominio de los recursos naturales. Los pequeños castros desaparecen con la llegada de las tropas romanas. Surgen así los grandes castros del Noroeste como este del Castelo Pequeno, que podría ser el resultado de la unión de varias comunidades pequeñas que buscaban formar una entidad política mayor con la que hacer frente a la nueva realidad.